miércoles, 13 de abril de 2011

Y aún...


En estos tiempos tan avanzados y con la precocidad como bandera,echo la vista atrás y recupero mentalmente momentos memorables de mi infancia y que,tengo la sensación,no volverieron a pasear por las calles de mi pueblo y de muchos otros. Cada año parece que se adelantan más las cosas y los actos y los sueños y la infancia y la adolescencia se evaporan cada vez más pronto,como si agua de charco en pleno verano se tratase.


Por poner unos ejemplos, ya no veo a tantos chavales tirandose globos de agua con toda la maldad y con toda la nobleza del mundo llegando el buen tiempo(si yo esto hasta lo hacía cercanos los 16 años),ya los chavales no agachan la cabeza cuando un maestro les llama la atención,ahora mola más echarle cojones. Tampoco se ven miradas sencillas y desconocidas de los chicos que pierden el norte por un corazón novicio y ahora solo buscan robar el primer beso con la mayor rapidez posible,ya sea para un nuevo record o para pregonarlo por las redes sociales o por las calles(ya los besos no sacan de quicio). Ya no se sientan en los bordillos de las calles para comtemplar como se pierde el tiempo mientras se ganan momentos de amistad,ahora resulta que esos bordillos solo sirven para pisar momentos fugaces,sin sentido y con unico fin no tener fin. Ya no se escriben poemas(o derivados) en las hojas finales de las libretas de matemáticas donde queriamos quitarle importancia a los problemas geométricos con una estrofa sin rima ni sentido,ahora casi ni se abren esas libretas. Antes llegabas puntillo a tu casa después de beberte en los bailes(o cocheras)dos copas de martini limón o maliú piña,ahora los chaveas se dedican a emborracharse con ron o whisky o ginebra para buscar unas quimeras de un mundo mas guay y maravilloso,digno de llevar a cabo todos los fines de semana.


Así me podría tirar meses,pero lo dejo para una futura entrada,para entrar con detalle. Pero con esto sólo quiero señalar que ya no se vive,ahora se vuela. Pero será que los tiempos corren demasiado deprisa y a mi no me gusta andar con prisas. Me gustaba vivir cada cosa a su preciso momento. Como diría una canción: "los besos saben a veneno y el veneno sabe a gloria". Yo que ustedes no regalaría tanto a nada,correis el riesgo de vivir naufragosde sensaciones muy a menudo,y aquellos maravilosos abordajes en alta mar de la vida se contarán con los dedos de una mano.


Será que de tanto viajar aprendí que las prisas no te deja ver más allá del sol.


Pero eso sí,respeto a muerte el derecho a que cada uno viva su vida, A SU MANERA...


martes, 12 de abril de 2011

Lo que no pudo pintar ese loco pincel...


Ayer sobrevolé aquel mundo inerte de la fotografía,de los álbums perdidos y comidos de polvo y de las instantaneas que pocos supieron recoger con sus máquinas. Todo esto eme sugirió una pregunta: ¿qué pensaba en esa instante?.


Las camaras fotográficas inmortalizan momentos en los que el ser humano está realizando una acción concreta o simplemente posa para el recuerdo de un lugar que se ha visitado. Pero quiero ir mas allá,quiero saber si de las miles de fotos que teneis,alguna os transmite algo o simplemente es un lugar más donde se estuvo o un botellón más donde nos tajamos. A veces intentamos trasnmitir con las fotos emociones, recuerdos, gestos complices,miradas perdidas en el horizonte, sueños rotos...pero perdemos ese encanto con el paso del tiempo. Yo quizás tenga la suerte de que en la mayoría de las fotos sé que pensaba,añoraba o transmitía. A fin de cuentas, es difícil transmitir algo en una imagen en dos dimensiones. Pero se puede. Simplemente tienes que mirar a la camara como si le quisieras decir algo que jamás podrá nadie escuchar en esa instantanea.


Solemos echar una media de 400 fotos a la semana cuando estamos fuera de casa,de viaje o simplemente de pasada,quizás porque pensamos que a ese lugar nunca volveremos y se lo queremos enseñar a la gente que piensa que nunca irá,o quizás porque piensas que con esa gente muy pocas veces volverás a coincidir en ese momento y en ese mismo lugar,creando así una cadena de despropósitos y de revelados perdidos de memoria y conocimiento.


Se debería pulsar el botón de la cámara pensando en las consecuencias,en que sólo será una foto más que mostrar al mundo. Intentad que en cada foto fuera como ese retrato con lienzo y pincel en mano que el mismisimo Rembrandt fuese a plasmar, osea, intentando mostrar lo más insignificante para transmitir lo más insólito e ideal.


No mireis al objetivo como si forzarais una situación,simplemente dejaros atrapar por al magia del momento. No capteis caras,captad instantes.