En estos tiempos tan avanzados y con la precocidad como bandera,echo la vista atrás y recupero mentalmente momentos memorables de mi infancia y que,tengo la sensación,no volverieron a pasear por las calles de mi pueblo y de muchos otros. Cada año parece que se adelantan más las cosas y los actos y los sueños y la infancia y la adolescencia se evaporan cada vez más pronto,como si agua de charco en pleno verano se tratase.
Por poner unos ejemplos, ya no veo a tantos chavales tirandose globos de agua con toda la maldad y con toda la nobleza del mundo llegando el buen tiempo(si yo esto hasta lo hacía cercanos los 16 años),ya los chavales no agachan la cabeza cuando un maestro les llama la atención,ahora mola más echarle cojones. Tampoco se ven miradas sencillas y desconocidas de los chicos que pierden el norte por un corazón novicio y ahora solo buscan robar el primer beso con la mayor rapidez posible,ya sea para un nuevo record o para pregonarlo por las redes sociales o por las calles(ya los besos no sacan de quicio). Ya no se sientan en los bordillos de las calles para comtemplar como se pierde el tiempo mientras se ganan momentos de amistad,ahora resulta que esos bordillos solo sirven para pisar momentos fugaces,sin sentido y con unico fin no tener fin. Ya no se escriben poemas(o derivados) en las hojas finales de las libretas de matemáticas donde queriamos quitarle importancia a los problemas geométricos con una estrofa sin rima ni sentido,ahora casi ni se abren esas libretas. Antes llegabas puntillo a tu casa después de beberte en los bailes(o cocheras)dos copas de martini limón o maliú piña,ahora los chaveas se dedican a emborracharse con ron o whisky o ginebra para buscar unas quimeras de un mundo mas guay y maravilloso,digno de llevar a cabo todos los fines de semana.
Así me podría tirar meses,pero lo dejo para una futura entrada,para entrar con detalle. Pero con esto sólo quiero señalar que ya no se vive,ahora se vuela. Pero será que los tiempos corren demasiado deprisa y a mi no me gusta andar con prisas. Me gustaba vivir cada cosa a su preciso momento. Como diría una canción: "los besos saben a veneno y el veneno sabe a gloria". Yo que ustedes no regalaría tanto a nada,correis el riesgo de vivir naufragosde sensaciones muy a menudo,y aquellos maravilosos abordajes en alta mar de la vida se contarán con los dedos de una mano.
Será que de tanto viajar aprendí que las prisas no te deja ver más allá del sol.
Pero eso sí,respeto a muerte el derecho a que cada uno viva su vida, A SU MANERA...